8/11/08

Furia entrañable.

El lobo se sintió frustrado al saber
que las ovejas hacían daño.
Su colmillo no bastó para poder desgarrar
las cadenas del rebaño.

La rabia devoró su poesía cruel
en aullidos de desengaño.
La impotencia lo venció y regurgitando en el papel
se volvió un ermitaño.

Juguemos con su alma
mientras el lobo no está; donde está?

Lloró un amanecer queriendo encontrar
algo de esa calma amable.
Sus pupilas oxidó y en el alivio reencontró
a su furia entrañable.

Con la ira en la piel de quien pierde en el amor
se volvió un intratable.
La ironía en la sangre, detrás de la bestia herida
hay un cachorro adorable.

Cuidado con sus dientes
saben acariciar sin piedad.