El jinete de la avenida
de la tormenta escapó,
los fantasmas del asfalto
vencieron a su temor
y sobre su caballo negro
a la lluvia se entrego.
Al ángel de negro
un ala se le quebró,
lo tiro de su nube
el viento de la pasión
y borracho de emociones
alguna estrella pateo.
El loco más libre
con un poema tajeó
sus bonitas venas
y un amigo lo salvó
de morir de coherencia
y de desilusión.
El jazmín le escribía
canciones a una rosa
y un verano distraído
el sol lo quiso secar;
y desterrado pero vivo
su polem supo cuidar.
