Quisiera hacer con mi dolor
algo más discreto que mi llanto,
poder encarcelar al espanto,
librar de culpas al amor
que nunca tuvo a la razón
en las filas de su encanto.
Quisiera hacer con mi dolor
la más preciosa utopía
de paz, amor y alegría,
poner de moda la compasión.
Establecer a la pasión
como única filosofía.
Quisiera hacer con mi dolor
tantas cosas que hoy no puedo,
ponerle límites a mi ego
sin soberbia y con perdón.
Que la tristeza y su esplendor
no consiga dejarme ciego.
Quisiera hacer con mi dolor
algo más noble que esta canción,
volver a endulzar mi corazón,
que mi mirada tenga otra visión
de la tristeza de mi expresión
como un rehén de la desolación.
Lo malo de encontrar a la princesita de nuestros sueños, son los despertares sin capa ni caballo.